Cooperación Alternativa critica las pérdidas de agua potable en la comarca y las campañas de Arcgisa y del ayuntamiento de Los Barrios en las que ambas eluden su responsabilidad sobre la mediocre gestión del agua y apelan a la de los ciudadanos, que en su gran mayoría están más sensibilizados con el cuidado y respeto por los recursos naturales que los representantes políticos que nos gobiernan.
La Mancomunidad de municipios del Campo de Gibraltar y la empresa pública Arcgisa, llevan décadas tirando el agua potable de los campogibraltareños, maquillando el problema año tras año para seguir desperdiciando este bien común. En el caso de Los Barrios, entre los años 2015 y 2018, se consumieron 6.662,734 metros cúbicos de agua y se perdieron 4.276,694, un volumen suficiente para satisfacer el consumo de agua de la población barreña durante más de dos años y medio.
Con el lema Ni una gota que perder, con el agua, cada gesto cuenta, el Ayuntamiento de Los Barrios, anunciaba el pasado 10 de octubre, una campaña a través de sus redes sociales y destacaba: “La idea es que no olvidemos que el agua es un recurso valioso y escaso que debemos proteger entre todos, contribuyendo con un consumo más cuidadoso y responsable”.
El volumen de agua aportada al municipio de Los Barrios en 2018 fue de 2.492,113 m3 y el volumen de agua facturada fue de 1.614,032 metros cúbicos, por tanto, se perdieron 877,979 m3, eso significa más de la mitad del agua que consumimos en ese año.
Entre las razones que la opinión pública argumenta para la escasez actual de agua, están la venta de agua a otros municipios y comarcas, y a los grandes consumidores como las industrias y los campos de golf, el impacto que han tenido las medidas de confinamiento y movilidad en el consumo de agua de la población, pero ninguna de estas es responsable absoluta de la falta de agua actual en nuestros embalses, más bien se debe a la naturaleza y a la mala gestión del agua. Así, de cada 100 litros de agua que se enviaban a la red de abastecimiento de agua potable de Los Barrios en 2017, 39 litros se perdían antes de llegar a los contadores. El dato era mucho más escandaloso en 2007, entonces se perdían más de 54 litros.
Para maquillar estos datos, la Mancomunidad de municipios del Campo de Gibraltar utiliza los buenos datos de Castellar de la Frontera, que en 2018 solo perdía el 6,86 por ciento del agua suministrada, mientras San Roque perdía el 20,80 por ciento. En el otro lado, Jimena de la Frontera y Los Barrios, desperdiciaban más del 35 por ciento del agua potable, una cifra que aún dista mucho de la media andaluza y todavía más, de la media nacional o de países europeos.
Estas pérdidas se deben a diversos motivos, principalmente a fugas no detectadas y averías y, en menor grado, a errores de lectura y enganches ilegales. Pero, básicamente, lo que se esconde detrás de estas cifras de pérdidas de agua es una mala gestión del agua por parte de los municipios que conforman la Mancomunidad del Campo de Gibraltar, con un elevado nivel de pérdidas de agua y una escasa inversión en una red de abastecimiento obsoleta y sobrecargada, que unido a falta de lluvias de los últimos años, complican el acceso al agua potable de la comarca para los próximos años.
Anuncian desde la Mancomunidad de municipios del Campo de Gibraltar la inclusión, dentro de los fondos europeos Next Generation, de varios proyectos, entre los que están la mejora de las redes de abastecimiento y saneamiento de los municipios. Desde Cooperación Alternativa entendemos que este aspecto ha sido siempre urgente y prioritario y que el acceso al agua potable no puede quedar a expensas de la financiación europea, de la que por cierto, llevamos obteniendo financiación desde hace décadas.
La desidia de ayuntamientos que más desperdician el agua, como es el caso del de Los Barrios, es mayúscula, y parecen más preocupados por anunciar medidas populistas y electoralistas, como bajadas en los recibos del agua, que por solucionar un problema real, como son las pérdidas de agua potable. Los efectos del cambio climático dificultan y ponen en riesgo garantizar el acceso al agua en la actualidad y en el futuro, pero para eso no hay voluntad política, solo para contentar los deseos, una vez más, de las empresas contaminantes de la comarca.
La inversión insuficiente en el mantenimiento y la renovación de las infraestructuras hídricas de la comarca van de la mano de la falta generalizada de concienciación de los ayuntamientos de la comarca sobre las fugas de agua.
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