Datos básicos sobre el Día Mundial del Retrete

• El Día Mundial del Retrete se celebra todos los años el 19 de noviembre. Es una conmemoración anual de las Naciones Unidas que tiene lugar desde 2013.

• El Día Mundial del Retrete conciencia a la población sobre los 3 500 millones de personas que viven sin acceso a retretes seguros.

• El Día Mundial del Retrete gira en torno a la «Cuenta atrás para 2030»: acelerar la adopción de medidas para hacer frente a la crisis mundial del saneamiento y alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento para todos en 2030.

• La campaña mundial del Día Mundial del Retrete, coordinada por ONU-Agua, puede seguirse en www.worldtoiletday.org y en las redes sociales con la etiqueta #DíaMundialDelRetrete. Para apoyar la campaña, particulares, organizaciones, gobiernos, empresas y escuelas promueven los temas en Internet y celebran actividades presenciales.

• El Día Mundial del Retrete y el Día Mundial del Agua comparten el mismo tema, propuesto cada año por ONU-Agua, el mecanismo de coordinación de las Naciones Unidas en materia de agua y saneamiento.

Campaña del Día Mundial del Retrete 2024: «El retrete: un lugar para la paz»

La campaña de este año, «El retrete: un lugar para la paz», pone de relieve la forma en que los sistemas de saneamiento rotos o inadecuados afectan la vida de las personas y explica por qué el saneamiento sostenible es esencial para una sociedad sana y estable. A continuación se presentan los tres mensajes clave de la campaña: 1. “El retrete es un lugar para la paz. Este espacio esencial, en el centro de nuestras vidas, debería ser seguro y no suponer un riesgo. No obstante, el saneamiento de miles de millones de personas corre peligro a causa de los conflictos, el cambio climático, los desastres y la falta de cuidado».

• Pese a ser el saneamiento un derecho humano, miles de millones de personas siguen viviendo sin un retrete seguro. Muchas de estas personas viven en contextos inestables y afectados por conflictos.

• Un retrete debería ser un lugar seguro, higiénico y privado donde las personas puedan hacer sus necesidades con dignidad y sin riesgos, y debería estar conectado a un sistema de saneamiento gestionado de forma segura para eliminar adecuadamente los desechos.

Los conflictos pueden provocar daños a los retretes, las infraestructuras y los servicios de saneamiento, así como su destrucción o deterioro, y pueden impedir que las personas utilicen libremente las instalaciones sanitarias o recojan agua suficiente para sus necesidades.

• Los ataques contra infraestructuras civiles, como los sistemas de abastecimiento de agua, constituyen una vulneración del derecho internacional humanitario. En los conflictos armados, los ataques pueden destruir la infraestructura de saneamiento, provocar lesiones al personal y cortar el suministro eléctrico que mantiene en funcionamiento los sistemas de saneamiento y abastecimiento de agua.

• Los fenómenos meteorológicos extremos y desastres como los terremotos y los tsunamis pueden destruir o afectar los sistemas de saneamiento. La sequía puede comprometer los sistemas de saneamiento basados en el agua y los procesos de tratamiento de residuos, y las inundaciones pueden dañar retretes, edificios y tuberías y provocar la liberación de desechos fecales al medioambiente.

• El abandono institucional del saneamiento en muchas partes del mundo ⸻en cuanto a priorización, financiación y mantenimiento⸻compromete la calidad y fiabilidad de los servicios y socava los avances para alcanzar el ODS 6 (agua y saneamiento para todos en 2030), convenido por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas.

• Las personas desplazadas pueden tener dificultades para acceder a un saneamiento seguro. A su vez, las intervenciones de gobiernos u organismos para proporcionar agua, saneamiento e higiene (WASH) en contextos temporales o de emergencia pueden provocar tensiones con las comunidades locales por el acceso a los servicios, el uso de los recursos locales y la ubicación de retretes y pozos, entre otras cuestiones.

«El retrete es un lugar de protección. Al aislar los desechos, el saneamiento es crucial para la salud pública y ambiental. Los sistemas de saneamiento inadecuados, dañados o rotos provocan contaminación y la proliferación de enfermedades mortales”. • Un sistema de saneamiento gestionado de forma segura consta de una «cadena de saneamiento» de cuatro etapas:

1. Contención: los excrementos humanos deben depositarse en un retrete higiénico y almacenarse en una fosa o depósito sellado, separado del contacto humano. La contención in situ también permite tratar los desechos de forma segura in situ.

2. Transporte: si no se tratan in situ, las tuberías o los servicios de vaciado de letrinas deben trasladar los excrementos a la fase de tratamiento.

3. Tratamiento: los excrementos deben transformarse en aguas residuales tratadas y productos residuales que puedan devolverse al medioambiente de forma segura.

4. Eliminación o reutilización: los excrementos humanos tratados de forma segura pueden utilizarse para generar energía o como fertilizante en la producción de alimentos.

• Los excrementos humanos eliminados de forma inadecuada, junto con el agua insalubre y las malas prácticas de higiene, propagan enfermedades como el cólera y la fiebre tifoidea, que repercuten considerablemente en las tasas de mortalidad de lactantes, la desnutrición y las enfermedades crónicas de la población general. Para protegerse de estas enfermedades, todos los miembros de una comunidad deben tener y utilizar un retrete seguro conectado a un sistema de tratamiento seguro.

• Debido al crecimiento demográfico, la urbanización acelerada y el desarrollo económico, la cantidad de aguas residuales generadas y su carga contaminante total están aumentando a nivel mundial.

• Para obtener los máximos beneficios para la salud pública y ambiental, los servicios y sistemas de saneamiento para toda la población deben gestionarse de forma segura y ser resistentes a todas las perturbaciones y factores de estrés. 

 

«El retrete es un lugar para el progreso. El saneamiento es un derecho humano que protege la dignidad y transforma la vida de mujeres y niñas en especial. Más inversión y una mejor gestión del saneamiento son claves para un mundo más justo y pacífico».

• En cuanto derecho humano, el saneamiento es fundamental para la salud, la dignidad y la prosperidad de todas las personas. El derecho al saneamiento reconoce el derecho de todas las personas a tener un acceso seguro y asequible a servicios de saneamiento que sean privados, higiénicos y social y culturalmente aceptables en todas las esferas de la vida (en casa, la escuela, el trabajo y los lugares públicos).

• El mundo está muy lejos de alcanzar el saneamiento gestionado de forma segura para todos en 2030, una de las metas del ODS 6. Esta falta de progresos socava la labor realizada en muchos otros ODS, especialmente en relación con la nutrición, la salud, la igualdad de género, la educación, la sostenibilidad y un medioambiente limpio.

• La falta de servicios de saneamiento, agua e higiene gestionados de forma segura hace más vulnerables a las mujeres y las niñas, en particular, a los abusos, los ataques y la mala salud, lo que menoscaba su capacidad para estudiar, trabajar y vivir con dignidad.

• Los gobiernos deben velar por que los servicios de saneamiento y abastecimiento de agua puedan resistir y mantenerse durante y después de fenómenos meteorológicos extremos, desastres y conflictos, para facilitar la higiene, proteger la salud pública, reducir el desplazamiento de personas y minimizar las tensiones dentro de las comunidades y entre ellas.

• Una mayor inversión en sistemas de saneamiento y en el personal esencial necesario para su funcionamiento reporta muchos más beneficios, como la prestación de un servicio básico fundamental para apuntalar una sociedad y una economía limpias y resilientes y también para impulsar la economía y la estabilidad social mediante la creación de trabajo decente.